Destacado: Aventura de Grenoble (2012)

jueves, 26 de julio de 2012

Jueves: los preparativos

Esta mañana me levanté pronto para tener tiempo para hacer las cosas que quería hacer. No sólo hacer la maleta, sino también enviar por correo a casa el póster y comprar un bocadillo para la comida en el aeropuerto. Después de desayunar estuve preparando la maleta, que en realidad es una bolsa-mochila, con cuidado de que cupiera todo, pues llevaba más de lo que traía. Menos mal que cupo todo, porque en caso contrario tendría que facturar o mandármelo por correo. Estuve entretenido con el equipaje hasta que se hicieron las 9:00, hora a la que esperaba que abrieran las oficinas de correos, La Poste. Pregunté en recepción cuál era la oficina de correos más cercana, y me dijeron que la Alsace-Lorraine. Fui a esa oficina y estaba cerraba. Según un cartel en la puerta, en verano abrían a las 12:00. Como mi idea era coger el autobús precisamente a las 12:00, descarté la idea de volver más tarde.

Como cuento en Exploracion del territorio, el sábado encontré por casualidad otra oficina de correos en Saint Bruno, así que decidí probar suerte allí. Encontré esta oficina abierta y con un cartel que decía que en verano abrían de 9 a 12, de lo cual deduje que el plan de verano era abrir la mitad de las oficinas por la mañana y la otra mitad por la tarde. Tuve suerte, porque si hubiera encontrado la oficina de Saint Bruno cerrado, seguramente habría desistido de enviar el póster. Quizás habría probado suerte en la oficina central, si es que pillaba cerca, pero tuve suerte. También tuve suerte de que el chico que me atendió hablaba un poco de español. En el hotel me dijeron que en La Poste podría encontrar embalaje adecuado, un tubo, para el póster, pero el chico me dijo que no tenían. Otra vez como antes.

Tuve suerte de encontrar una tienda de reprografía en el Cours Berriat, cerca de la oficina de correos de Saint Bruno, y tuve suerte de que había un tío que hablaba español. Cogió un tubo que seguramente era de un rollo de papel, lo cortó con un serrucho para dar la medida de póster y precintó los extremos. Aproveché para meter en el tuvo también los tacos de fotocopias para no tener problemas con ellos en el equipaje. Me cobró 2€ y seguramente se aprovechó de mí, pero me ahorré muchísimo más pudiendo mandarme el póster por correo. Ahora sí me lo aceptaron el La Poste, y el precio por envío a España era menos de la mitad de lo que me pedía Correos por el trayecto contrario. Hice bien en seguir el consejo de imprimir el póster en Grenoble, en lugar de imprimirlo en España y haberlo llevado en el avión o habérmelo enviado por correo al hotel.

Ya estaba hecho lo que tenía que hacer, no recuerdo a qué hora, así que decidí acabar el equipaje y dejarlo en recepción, porque debía abandonar la habitación antes de las 11. Me di un paseo por Grenoble, que sólo había visto someramente desde el tranvía y lo poco que habíamos deambulado buscando dónde cenar. Como los supermercados sí estaban abiertos, me compré en un Spar un bocadillo para comérmelo en el aeropuerto. Volví al hotel a por el equipaje y ya sólo me quedaba viajar.

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